Abastecimiento de Agua Potable

Abastecimiento de Agua Potable en México

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Abastecimiento de Agua Potable en el México Colonial

En esta sección se ofrece una visión general de abastecimiento de agua potable en el méxico colonial en el contexto del municipio en el derecho local mexicano. El acueducto indígena de Chapultepec fue destruido por los conquistadores durante el sitio de Tenochtitlan en 1521, por lo que una de las primeras providencias de Cortés como gobernante fue la de ordenar la restauración de sus instalaciones. Un siglo más tarde, en 1620, durante el virreinato de Diego Fernández de Córdoba, marqués de Guadalcázar, se terminó el acueducto de la Tlaxpana, así llamado por la fuente de ese nombre inserta en su arquería, a la salida noroeste de la ciudad, junto al cementerio inglés, a la altura de la garita de Mejía; acueducto compuesto de novecientos arcos dispuestos en dos niveles, destinado el superior a conducir el agua procedente de Santa Fe y el inferior la proveniente de Chapultepec; a la primera se le conocía como agua «delgada» y a la otra como agua «gorda», cuya diferencia radicaba en la cantidad de aire, ácido carbónico y sales disueltas que contenían. En 1779, el virrey Antonio María de Bucareli y Urzúa concluyó el acueducto de Belem, que iba de Chapultepec a la plazuela del Salto del Agua, obra cuya construcción se inició en 1711 durante el gobierno del virrey Fernando de Alencastre Noroña y Silva, duque de Linares y marqués de Valdefuentes; se componía de novecientos cuatro arcos distribuidos a lo largo de casi cuatro kilómetros, respecto de la cual, Manuel Rivera Cambas apunta: Desde donde brota en la alberca, hasta la fuente, hay una distancia de cuatro mil seiscientas sesenta y tres varas (3 kilómetros, 908 metros) y se cuentan novecientos cuatro arcos desde el puente de Chapultepec. Para dar la mayor elevación posible al agua y por consecuencia mayor impulso, se logró aumentar en vara y tres cuartas la altura que antiguamente tuvo al levantarse la arquería, habiéndose ya elevado una vara sobre el nivel primitivo. Gastan el agua gorda los que habitan la parte sur de la ciudad, comprendiendo un área entre Belem, la Piedad, San Antonio Abad y la Viga. (138) El 22 de julio de 1713 se inició la construcción del acueducto para dar servicio a la Villa de Guadalupe con aguas del Río de Tlalnepantla, obra realizada con el producto de aportaciones de los vecinos que fue concluida el 2 de junio de 1749, bajo el virreinato de Francisco de Güemes y Horcasitas, primer conde de Revillagigedo.

Otras Cuestiones relativas a Abastecimiento de Agua Potable en el México Colonial

Como el servicio de agua potable en la ciudad de México tenía autorizadas pocas tomas o conexiones directas para las casas, se complementaba con las fuentes surtidas por sus dos acueductos, de donde los vecinos se aprovisionaban de ella y los aguadores -que alternaban ese oficio con el de castrador de gatos- la llevaban a los domicilios particulares en cántaros y recipientes especiales llamados chochocoles -el cántaro al frente y el chochocol en la espalda-; las fuentes o pilas eran estanques situados en plazas y mercados en las que los aguadores y el público en general llenaban de agua sus cántaros y vasijas; según Diego G. López Rosado: «Con el tiempo estas pilas fueron exornándose con más o menos profusión y adquiriendo nuevas formas, semicirculares o poligonales, con cabeceras rectas o de variadas curvas.39′ Entre las fuentes destacaban, además de la Tlaxpana, la del Salto del Agua, la de Santo Domingo, la de Zuleta, la fuente principal de la Alameda y la de Bucareli; hacia 1864 había en la ciudad de México un total de sesenta y un fuentes públicas.(140′ Respecto del aguador, Antonio García Cubas nos dejó la siguiente estampa: Desde las seis de la mañana daba principio a sus faenas dirigiéndose a una fuente, no sin echarse al coleto, de pasadita, una copa de mezcal o chinguirito en alguna vinatería para hacer la mañana o para abrigarse el estómago. De pie al borde de la típica fuente del Salto del Agua o de la tradicional de la plaza de Santo Domingo, o bien al de cualquiera otra de las situadas en distintos lugares de la ciudad, llenaba de agua su esférico chochocol, cuyo asiento, en forma de rodete encajaba en una de las aberturas circulares practicadas en la superficie superior del brocal de piedra, de la fuente. El aguador vestía camisa y calzón de manta, calzonera de gamuza o pana, mandil de cuero que pendía de una especie de valona de la misma materia, de la que era igualmente el casquete que cubría la cabeza, y el cinturón que sostenía por detrás el rodete en que apoyaba el chochocol y unas pequeñas bolsas en que guardaba los colorines y la afilada navaja, instrumento indispensable para las operaciones gatunas. De su cintura pendía un cucharón de madera, de mango largo, del cual se servía para alcanzar el agua de la fuente, estando baja, y llenar el cántaro transmitiendo el líquido al chochocol. Echábase éste a la espalda, sosteniéndolo por medio de una cinta ancha de cuero sujeta a la cabeza, en tanto que de ésta misma, mediante otra correa de cuero, suspendía por delante el cántaro lleno igualmente, con el que contrabalanceando el peso del voluminoso chochocol, lograba poner su cuerpo en equilibrio.

Desarrollo

En cuanto al abastecimiento de agua potable en otras ciudades de la Nueva España, cabe destacar la obra realizada por Pedro Antonio Buzeta, lego franciscano del convento de Sanlúcar de Barrameda en la provincia de Cádiz, quien diseñó y dirigió los trabajos de introducción de agua potable en Veracruz (1723-1724) y en Guadalajara (1734-1741). En esta última ciudad, Buzeta empleó un sistema novedoso de pozos, galerías y estanques que permitieron llevar el agua subterránea de «Los Colomos», en el poniente de la ciudad, al valle de Guadalajara. El 13 de junio de 1740, según narra Mariano Barcena, por primera vez brotó el agua en la fuente de la Plaza de Armas de Guadalajara,’142) y en el informe enviado por el capitán general de la Nueva Galicia, Francisco de Ayza, marqués del Castillo, al rey Felipe V, se asienta que el 16 de septiembre de 1741 llegó el agua a las siete fuentes públicas de Guadalajara, a través del sistema construido por Buzeta. E. EL SUMINISTRO DE AGUA POTABLE EN EL MÉXICO INDEPENDIENTE Durante los primeros años del México independiente, el volumen de agua para el consumo de los habitantes de la ciudad de México se incrementó como resultado de la proliferación de pozos artesianos, los primeros de los cuales fueron perforados por Sebastián Pane, quien para mediados del año de 1857 había abierto ciento cuarenta y cuatro, de los cuales ciento veinte eran para casas particulares, con una producción de mil ochocientos barriles por hora; en tanto que al 4 de abril de 1883, de acuerdo con lo expresado en la Memoria formulada por el doctor Ramón Fernández, Gobernador del Distrito Federal, había un total de 483 pozos artesianos.43′ Por otra parte, la cañería de agua potable de la ciudad de México fue creciendo lentamente hasta llegar en 1880 a diez kilómetros de longitud y en 1886 a quince kilómetros, lo que aunado a la destrucción del acueducto de Belem y al crecimiento de la población, propició la perforación de más pozos artesianos, hasta llegar a mil doscientos en 1889.

Más Detalles

Más tarde creció con mayor celeridad la red de agua potable, por lo que su longitud en el año de 1902 era de ciento ocho kilómetros y medio, para surtir a seis mil setecientas setenta y ocho casas de la ciudad de México, donde, en 1903, se creó la Junta Directiva de Provisión de Aguas Potables, a cuyo cargo quedó la realización de las obras para llevar a dicha ciudad hasta dos mil litros por segundo provenientes de los manantiales de Xochimilco, conforme al proyecto preparado por el ingeniero Manuel Marroquín y Rivera, a quien se encomendó la dirección de los trabajos respectivos, los que se concluyeron
en 1910. Durante los gobiernos de los presidentes Alvaro Obregón y Plutarco Elias Calles se puso especial empeño en llevar el agua potable a otras municipalidades del Distrito Federal, por lo que este servicio se pudo proporcionar a los municipios de Mixcoac y Tacubaya; además, debido al enorme desperdicio del vital líquido, se proyectó la colocación de medidores de consumo del agua y la aplicación de una tarifa con cuotas diferenciales que privilegiaba los consumos reducidos. la municipalización universal del servicio público de suministro de agua potable es consecuencia de la tendencia a nivel planetario de generalizar dicho suministro, con apoyo en el ordenamiento legal, el cual requiere incentivar la ejecución de las obras de infraestructura requeridas para llevar el agua potable, cuando menos a toda la población urbana. la reforma del artículo 73 consitucional, publicada el 20 de agosto de 1928, suprimió el régimen municipal del Distrito Federal, por lo que el suministro de agua potable en dicha entidad federativa ya no pudo ser, a partir de entonces, un servicio público municipal. [1]

Recursos

Notas y Referencias

  1. Información sobre abastecimiento de agua potable en el méxico colonial basada en la obra Servicios Públicos Municipales, de Jorge Fernández Ruiz (INAP, México, D.F.)

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