Comportamiento Político en México
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¿Cómo influye la guerra contra el narcotráfico en el comportamiento cultural, político y religioso?
El aumento de la violencia del narcotráfico en México, tanto entre los cárteles de la droga y el crimen organizado como contra la policía y las fuerzas armadas mexicanas -y las horribles formas en que se han perpetrado los ataques contra muchos mexicanos- ha tenido algunos efectos inusuales en la música y la religión. México tiene una larga tradición en la composición de baladas, o corridos, que interpretan numerosos aspectos del cambio social, económico y político. Los estudiosos de la música creen que los corridos ayudaron a conseguir el apoyo popular a la Revolución Mexicana. Por lo tanto, no es de extrañar, dada la presencia de la violencia relacionada con las drogas y especialmente el impacto del narcotráfico en las zonas rurales de México, que los grupos musicales retomen a los narcotraficantes como un tema importante en sus recientemente denominados narco corridos. Independientemente de que las canciones valoren o denuncien a los narcotraficantes, algunos de los principales intérpretes musicales han sido víctimas de secuestros y asesinatos. Nunca se ha aclarado en los medios de comunicación si estas amenazas y asesinatos son represalias contra los cantantes que apoyan a un cártel frente a otro en sus canciones, o si algunos de estos individuos están vinculados a los narcotraficantes o a sus familias. Las autoridades mexicanas llevan intentando restringir o prohibir la emisión de narcocorridos desde 1998 porque muchas canciones glorifican a los traficantes. El gobierno ha establecido algunas restricciones a su interpretación en la radio, en los clubes nocturnos y en el transporte público. En noviembre de 2009, el jefe de policía de Tijuana prohibió la actuación de Los Tucanes, un popular grupo que interpreta narcocorridos, después de que el cantante principal gritara a dos líderes de los cárteles durante un concierto: «¡La mafia manda!»
Respecto a la influencia de la guerra contra el narcotráfico en el comportamiento político nacional, véase aquí.
Además, la vida delictiva y la imprevisibilidad de la propia vida en el contexto de numerosos reveses económicos repercuten en las creencias religiosas. Lo más importante es que entre los narcotraficantes y otros mexicanos hay un creciente énfasis en los santos religiosos no tradicionales, como la Santa Muerte. A menudo parecen esqueletos envueltos en una sábana negra o de color oscuro, sosteniendo una guadaña, símbolo de la muerte. Como ha relatado Alma Guillermoprieto en varios ensayos, estos santos son vistos como auténticos por muchos mexicanos, y en los quioscos de prensa se venden incluso vídeos que demuestran cómo rezarles. El santo patrón de las causas desesperadas, San Judas Tadeo, ha crecido en popularidad a medida que numerosos cultos han aumentado su influencia. Sin embargo, es evidente que los narcotraficantes no profesan ni practican los principios morales y espirituales cristianos tradicionales, sino que utilizan prácticas religiosas pervertidas o únicas para protegerse. No obstante, los académicos que estudian las cuestiones de seguridad han tomado en serio estas nuevas influencias religiosas, como se desprende de un estudio presentado en el US Naval War College. Los narcotraficantes también han aumentado su impacto en algunas comunidades rurales donando dinero para construir o reformar iglesias, a pesar de que la Iglesia Católica ha prohibido a los sacerdotes aceptar fondos de los traficantes.
Revisor de hechos: Tom
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Notas y Referencias
Véase También
Desarrollo Social, Cultura