Crónica Parlamentaria

Crónica Parlamentaria en México

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Crónica Parlamentaria en el Derecho Parlamentario

Concepto y análisis ofrecido por el Diccionario universal de términos parlamentarios, de la Secretaría de Servicios Parlamentarios de la Cámara de Diputados: Crónica proviene del latín chronica, que a su vez se deriva del griego khronikós, khrónos que significa tiempo. La crónica se refiere a los libros de cronología o anales sobre los sucesos de importancia, de ahí su definición como «narración histórica ajustada al curso del tiempo». En portugués crónica se escribe igual que en español; en inglés, chronicle; en francés, chronique; en alemán, schleichend, chronisch e italiano, crònico. La expresión crónica parlamentaria también podría ser equivalente en inglés a los términos de Parliamentary record o Congressional Record, en francés y en italiano a los de chronique parlamentaire y crònica parlamentaria, respectivamente.

Desarrollo de Crónica Parlamentaria en este Contexto

El interés por preservar la memoria legislativa de México, se ha mantenido vigente desde los inicios del siglo XIX, cuando tuvo lugar el primer Congreso mexicano inaugurado en 1822. En un principio, los periodistas complementaban, a través de sus contribuciones y columnas, los debates iniciados en el recinto legislativo y de los cuales daban cuenta, reseñando todo lo ocurrido en las Cámaras. Periódicos editados en la ciudad de México como El Águila, El Monitor Republicano y especialmente, El Siglo Diez y Nueve, fueron magníficos canales de expresión de la cultura parlamentaria mexicana. Esta tradición periodística se mantiene actualmente en las secciones de diversos diarios donde se cubre la fuente informativa del Congreso y se reseñan los debates e incidentes parlamentarios. Francisco Zarco es el paradigma del cronista parlamentario. El Congreso Constituyente de 1856- 1857 quizá fue el primer Congreso de su categoría en promover la crónica de sus sesiones y fue esta preocupación la que lo forzó a no mudarse de la ciudad de México, como era su intención original. Además de célebre Historia del Congreso Extraordinario Constituyente que de dicho Congreso efectuó Zarco, otros autores llamaron la atención de las sesiones y debates parlamentarios, como Basilio Pérez Gallardo en su Guía para consultar la historia del Congreso Constituyente de 1856-1857 (1878) e Isidro Montiel y Duarte a través de su Derecho Público Mexicano en cuatro tomos (1871). Continuaron con esta labor Felipe Buenrostro con sus Historia del Primero y Segundo Congresos Constitucionales a partir de 1857 (1874 y 1895), Pantaleón Tovar con su Historia del Cuarto Congreso Constitucional, Agapito Pizá con la Historia de la Cámara de Senadores (1876) y la clásica obra de Juan A. Mateos, Historia de los Congresos Nacionales Ordinarios (1901), por nombrar a los más conocidos. Estas obras suplieron las deficiencias de la publicación de un Diario de Debates, por lo que descansó en ellas la primigenia crónica parlamentaria. La importancia de la crónica de la actividad legislativa se ha despertado con la creación en 1987 de la Academia Mexicana de Historiadores y Cronistas parlamentarios, debido a la iniciativa de Antonio Tenorio Adame (MANUEL GONZÁLEZ OROPEZA).

Crónica Parlamentaria en el Derecho Parlamentario

Introducción General

Crónica proviene del latín chronica, que a su vez se deriva del griego khronikós, khrónos que significa tiempo. La crónica se refiere a los libros de cronología o anales sobre los sucesos de importancia, de ahí su definición como narración histórica ajustada al curso del tiempo. En portugués crónica se escribe igual que en español; en inglés, chronicle; en francés, chronique; en alemán, schleichend, chronisch e italiano, crònico. La expresión crónica parlamentaria también podría ser equivalente en inglés a los términos de Parliamentary record o Congressional Record, en francés y en italiano a los de chronique parlamentaire y crònica parlamentaria, respectivamente.

Desarrollo de Crónica Parlamentaria en este Contexto

Cuando se habla de crónica parlamentaria en cualquier país, se hace referencia a los sucesos, acontecimientos, actuaciones de los parlamentos, intervenciones de sus miembros en diferentes épocas, registrados en publicaciones oficiales o particulares, que sirven de memoria histórica a las generaciones futuras a fin de que conozcan el sentir y el pensar de quienes en tiempos pasados tuvieron las responsabilidades propias de este órgano legislativo.

Más Detalles

El interés por preservar la memoria legislativa de México, se ha mantenido vigente desde los inicios del siglo XIX, cuando tuvo lugar el primer Congreso mexicano inaugurado en 1822. En un principio, los periodistas complementaban, a través de sus contribuciones y columnas, los debates iniciados en el recinto legislativo y de los cuales daban cuenta, reseñando todo lo ocurrido en las Cámaras. Periódicos editados en la ciudad de México como El Águila, El Monitor Republicano y especialmente, El Siglo Diez y Nueve, fueron magníficos canales de expresión de la cultura parlamentaria mexicana. Esta tradición periodística se mantiene actualmente en las secciones de diversos diarios donde se cubre la fuente informativa del Congreso y se reseñan los debates e incidentes parlamentarios. Francisco Zarco es el paradigma del cronista parlamentario. El Congreso Constituyente de 1856- 1857 quizá fue el primer Congreso de su categoría en promover la crónica de sus sesiones y fue esta preocupación la que lo forzó a no mudarse de la ciudad de México, como era su intención original. Además de célebre Historia del Congreso Extraordinario Constituyente que de dicho Congreso efectuó Zarco, otros autores llamaron la atención de las sesiones y debates parlamentarios, como Basilio Pérez Gallardo en su Guía para consultar la historia del Congreso Constituyente de 1856-1857 (1878) e Isidro Montiel y Duarte a través de su Derecho Público Mexicano en cuatro tomos (1871). Continuaron con esta labor Felipe Buenrostro con sus Historia del Primero y Segundo Congresos Constitucionales a partir de 1857 (1874 y 1895), Pantaleón Tovar con su Historia del Cuarto Congreso Constitucional, Agapito Pizá con la Historia de la Cámara de Senadores (1876) y la clásica obra de Juan A. Mateos, Historia de los Congresos Nacionales Ordinarios (1901), por nombrar a los más conocidos. Estas obras suplieron las deficiencias de la publicación de un Diario de Debates, por lo que descansó en ellas la primigenia crónica parlamentaria. La importancia de la crónica de la actividad legislativa se ha despertado con la creación en 1987 de la Academia Mexicana de Historiadores y Cronistas parlamentarios, debido a la iniciativa de Antonio Tenorio Adame (MANUEL GONZÁLEZ OROPEZA).

Fuente principal: Diccionario Parlamentario (México)[1]

Recursos

Notas y Referencias

  1. Diccionario Universal de Términos Parlamentarios, Secretaría de Servicios Parlamentarios, Dirección General de Bibliotecas, México

Bibliografía

GIL, VILLEGAS, Francisco et al, El Congreso Mexicano, Instituto de Investigaciones Legislativas, Cámara de Diputados, 1994.

GONZÁLEZ OROPEZA, Manuel, Los diputados de la nación, Congreso de la Unión-Secretaría de Gobernación, México, 1994.

, El Siglo Diez y Nueve de Francisco Zarco y su pensamiento constitucional, UNAM, 1993.

Recursos

Véase También

Bibliografía

GIL, VILLEGAS, Francisco et al, El Congreso Mexicano, Instituto de Investigaciones Legislativas, Cámara de Diputados, 1994.

GONZÁLEZ OROPEZA, Manuel, Los diputados de la nación, Congreso de la Unión-Secretaría de Gobernación, México, 1994.

, El Siglo Diez y Nueve de Francisco Zarco y su pensamiento constitucional, UNAM, 1993.

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