Defensa del Clero

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Introducción a Defensa del Clero

Definición de Defensa del Clero

Ver el significado de (Defensa del) Clero en el diccionario jurídico y social.

Defensa del Clero en los años 20 del Siglo XX

En materia religiosa, el contexto federal entre 1920 y 1924 fue una etapa convulsa en la que el presidente Álvaro Obregón tuvo que lidiar con el creciente anticlericalismo de los constitucionalistas. Si bien es cierto que Obregón se ajustó a las circunstancias políticas del momento siendo radical cuando convenía y moderado cuando se necesitó,1 el problema religioso escaló peldaños peligrosos en algunos estados donde los gobernadores aplicaron de manera conveniente la reglamentación en materia de culto, en algunas ocasiones sancionando la desobediencia y en otras permitiendo la libre conducta del clero. Por otra parte, con las Iglesias no católicas Obregón mantuvo relaciones cordiales -lo mismo hicieron los gobernadores en sus estados- no porque fuera partidario del protestantismo sino por mera conveniencia política. De esta forma no opuso ningún obstáculo al proselitismo evangélico, lo que le granjeó la simpatía de las misiones, las cuales, por regla general, se congratularon de la política constitucionalista.2

En Michoacán, el protestantismo estaba representado por los presbiterianos del norte (Zitácuaro 1876-1919), los metodistas del sur (Morelia 1880-1919), los bautistas del sur (Morelia 1893) y por los presbiterianos del sur (1919).3 Durante el porfiriato las misiones tuvieron un crecimiento constante y sin más contratiempos que los brotes de intolerancia religiosa de parte del clero y sectores católicos. Durante la transición política al maderismo, así como dentro de los primeros gobiernos constitucionalistas, el protestantismo no sufrió cambios considerables y continuó bajo la dirección de las misiones extranjeras, que seguían siendo las que tomaban las decisiones, dirigían las escuelas y ayudaban económicamente a las congregaciones, con ayuda de los dirigentes nacionales.

El protestantismo en el estado no había sido un grupo religioso homogéneo entre sí, sobre todo por cuestiones doctrinales como el bautismo de los infantes y el servicio de los muertos, lo cual provocó confrontaciones reflejadas en la prensa confesional de las tres denominaciones.4 Las diferencias doctrinales y la forma de llevar a cabo sus ritos y ceremonias influyeron al momento de tomar acuerdos conjuntos puesto que, ante la necesidad de cooperación para idear estrategias misioneras, los bautistas tuvieron conflictos con sus homónimas por el monopolio del campo religioso al sur del estado, en Tierra Caliente.5

Estas discrepancias ocasionaron, en el ámbito nacional, que los bautistas rechazaran las alianzas y estrategias de organización, propuestas por las demás denominaciones para hacer frente a la Constitución de 1917. En varias reuniones celebradas para recomendar algunas políticas sistemáticas para la supervivencia misionera estadounidense, en las cuales no participó la misión bautista, se decidió que en 1919 los presbiterianos del norte y los metodistas del sur salieran del estado y entregaran sus templos y escuelas a la misión presbiteriana del sur. Los bautistas del sur, por su parte, siguieron conservando sus congregaciones.6

Este reacomodo forzado, puesto que fue una decisión tomada por las misiones madre de Estados Unidos, sin la aprobación de los pastores mexicanos, coincidió con el gobierno de Francisco J. Múgica, quien al aplicar la política anticlerical en Michoacán, de manera inevitable incluyó a las denominaciones protestantes representadas por los bautistas y presbiterianos del sur, que se encontraban en pleno reajuste estratégico dentro de la sociedad. Aunque no lo abordamos en esta investigación, la situación que se suscitó en 1919 evidenció un protestantismo fragmentado y una conciencia nacionalista de las congregaciones mexicanas, que se venía gestando desde el inicio de la revuelta armada.

Fuente: Historia Mexicana, El Colegio de México (CC BY-NC-ND 4.0)

Recursos

Notas

1. En materia de educación comprendió perfectamente que, a pesar de que el clero católico era una amenaza para la sociedad porque por medio de las escuelas realizaba una propaganda antirrevolucionaria, la realidad dictaba que no había suficiente dinero ni instalaciones para que el Estado impartiera enseñanza elemental. Para Obregón era “preferible que [los niños] reciban alguna instrucción a que crezcan como analfabetas”. SCOTT, La sal de la tierra, p. 41.
2. MEYER, La Cristiada, pp. 135-137, 193-197. En 1924 la American Protestant Lodge felicitó a Carranza por seguir aplicando una política anticlerical y aprovechó para externarle su deseo de establecer una sucursal en México. Asimismo, como parte de una estrategia diplomática, Obregón financió a la Young Men’s Christian Association (YMCA) [Asociación Cristiana de Jóvenes] y permitió que más de 200 misioneros estadounidenses ingresaran al país. Este hecho generó críticas del obispo de Tacámbaro, Lara y Torres, quien dijo que la YMCA había sido beneficiada con recursos del Estado con el único objetivo de “atraer incautos y descatolizarlos”. LARA y TORRES, Documentos para la historia, p. 285. La YMCA fue creada en Inglaterra en 1844 como un organismo de jóvenes enfocado a fortalecer el cristianismo durante la revolución industrial. Con el tiempo se incorporaron programas físico deportivos como el básquetbol y el voleibol. La Asociación Cristiana de Jóvenes inició actividades en México en 1892, durante el porfiriato. “YMCA México”, en https://www.ymca.org.mx/historia.html.
3. El protestantismo en el estado de Michoacán lo he trabajado a partir de mis tesis de maestría y doctorado abarcando un espacio temporal de 1876 a 1932. En ellas he analizado el establecimiento de las misiones metodistas, presbiterianas y bautistas, sus espacios escolares y programas de estudio, la composición social de los miembros, la geografía de las congregaciones, las estrategias de difusión misionera y el anticlericalismo de los miembros. He analizado también el papel que desempeñaron dentro de la política religiosa de las autoridades y la forma en que los protestantes reaccionaron a ella. Aunque con ciertos matices, puesto que no constituyeron un grupo homogéneo, en términos generales el protestantismo en Michoacán fue marcadamente porfirista, maderista y constitucionalista; se ajustó en todo momento a los gobiernos anticlericales atendiendo a diversos intereses particulares, en algunas ocasiones para conservar su statu quo, participar del reparto agrario y fortalecer su anticlericalismo. Por otra parte, por ser un deber cristiano respetar a las autoridades constituidas. MENDOZA, “Protestantismo liberal”, “Política religiosa en Michoacán”.
4. Presbiterianos: El Faro. Metodistas: El Evangelista Mexicano y El Abogado Cristiano Ilustrado. Bautistas: El Atalaya Bautista y El Bautista.
5. Como ya lo hemos argumentado, el protestantismo en Michoacán fue heterogéneo y poco unido; en 1909 hubo una disputa entre presbiterianos y bautistas por el monopolio de la región de Tierra Caliente, generada por la doctrina del bautismo (los presbiterianos practicaban el bautismo por rociamiento y los bautistas por inmersión). El misionero Félix C. Gómez mencionaba que había una “gran división por la intervención de los bautistas en nuestro campo de trabajo pues ellos vienen a enseñar doctrinas particulares de inmersión […] sellevó casi a toda la congregación al arroyo donde fueron sumergidos, solo dos jefes de familia nos han quedado fieles”. La presencia presbiteriana disminuyó notablemente en esta región debido a que los bautistas se inmiscuían en las congregaciones presbiterianas para convertir a los fieles presbiterianos a su doctrina religiosa. “Insectos venenosos”, El Faro (1º sep. 1887), p. 135. “Viaje evangelista” (1º abr. 1900), p. 51. “El evangelio en Tierra Caliente” (30 abr. 1909), p. 280.
6. AHIMMAR, Annual report of the minutes of the Central Conference of the Mexican Mission of the Methodist Church of Southern, años de 1916-1919.

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