Industrias Agrarias

Industrias Agrarias en México

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Definición y Carácteres de Industrias Agrarias en Derecho Mexicano

Concepto de Industrias Agrarias que proporciona el Diccionario Jurídico Mexicano (1994), de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: (escrito por José Barragán Barragán) Bajo esta expresión se pretende abarcar el trato jurídico que reciben las industrias rurales, así llamadas por la Ley Federal de Reforma Agraria (LFRA), lo mismo que a otra serie de industrias constituidas fundamentalmente por campesinos, ejidatarios o no, bajo el amparo de las leyes sociales que pretenden su fomento. Para esclarecer dicho régimen jurídico debemos someter al análisis el conjunto de las empresas llamadas o calificadas de interés social; sus respectivas leyes de creación, así como aquellas otras disposiciones por las cuales se rigen. Sobre este particular, cabe advertir que todavía no se han efectuado estudios encaminados siquiera a la enumeración de este tipo de empresas, con la salvedad del valioso trabajo de Pedro A. Labariega V.

Listado de Industrias Agrarias

Dicho trabajo, en efecto, nos ofrece un listado de las principales; el ejido; la pequeña propiedad, en cuanto unidad de producción; las unidades creadas al amparo de la Ley General de Crédito Rural (LGCR); las asociaciones de productores para la distribución y venta de sus productos; las sociedades de solidaridad social, y las cooperativas. Posteriormente se ocupa de la caracterización legal de cada una de estas empresas, resaltando su naturaleza y haciendo referencia a las normas jurídicas que las regulan

Unidad y Capacidad de Obrar

Como característica común a todas estas empresas, se menciona la muy amplia capacidad de obrar que se les atribuye, la firme unidad con que se les dota y, con frecuencia, la versátil personalidad jurídica de que algunas de ellas o las más gozan. Otra característica común sería la de los fines sociales que el legislador les ha encomendado, que son fines de producción agraria, en términos generales; de fomento industrial, como específicamente se señala para muchas de ellas, tal como sucede con las agrupaciones creadas al amparo de la Ley General de Crédito Rural, en cuya formación y desarrollo interviene directamente el Banco Nacional de Crédito Rural, para asegurarles la asistencia crediticia y tecnológica, para mejorar la técnica agroindustrial y agropecuaria, con el objeto de que la productividad en esos campos aumente y se explote más adecuadamente. Otro tanto ocurre con las sociedades de producción rural, a las que se les reconoce personalidad jurídica y que se integran con colonos o pequeños propietarios, mismas que se pueden constituir bajo la forma de sociedades mercantiles de responsabilidad limitada, ilimitada o suplementada para desarrollar todas las actividades que se fijan para los ejidos y comunidades, las cuales, a su vez, gozan de personalidad jurídica propia a partir de su inscripción en el Registro Agrario, y que, entre otros, tienen como objetivos el de la coordinación de las actividades productivas de los ejidos o de las comunidades miembros de la unión de que se trate, toda vez que actúan como verdaderas sociedades mercantiles. En la misma línea se encuentran las uniones de sociedades de producción rural, que gozan de personalidad jurídica, una vez que hayan quedado inscritas en el registro agrario, y a las cuales se les reconoce un amplio campo de acción en la rama de la industria agropecuaria.
Las asociaciones rurales de interés social
Otro caso es el relativo a las asociaciones rurales de interés social, que disfrutan de personalidad jurídica y que entre sus fines se halla el de integrar recursos humanos, naturales, técnicos y financieros para el establecimiento de industrias, aprovechamiento, sistemas de comercialización y cualesquiera otras actividades económicas que no sean de expropiación directa de la tierra. Un ejemplo más, lo tenemos en las sociedades de solidaridad social con personalidad jurídica propia, integradas con ejidatarios, comuneros, campesinos sin tierra, parvifundistas y personas con derecho al trabajo que destinen parte del producto de su trabajo a un fondo común de solidaridad social, y que podrán realizar actividades mercantiles, así como explotar los recursos naturales, producir, comercializar o industrializar bienes y servicios. Como podemos observar, por los ejemplos citados, todavía se puede apreciar otra característica común a casi todas ellas, relativa a su integración que es heterogénea, entre campesinos, inclusive entre campesinos y obreros que quieran sumar sus esfuerzos a la producción y comercialización de bienes o de servicios.

Situación a Principios del Siglo XX

No hay pesquerías de importancia, excepto la de perlas en la costa oriental de la Baja California, y la de tortugas en las costas de Campeche, Yucatán y algunos de los estados que dan al Pacífico. Las pesquerías de perlas han sido trabajadas desde la llegada de los españoles, y fueron una vez muy productivas a pesar de los métodos primitivos empleados. Desde los últimos años del siglo pasado la pesca de perlas en el Golfo de California ha sido llevada a cabo con aparatos modernos y mejores resultados por una compañía inglesa bajo concesión del gobierno. También se encuentran perlas de motherof o abulón y otras conchas que, junto con las esponjas, se exportan. La pesca de la tortuga de carey da empleo a un gran número de nativos en la temporada, y se exportan cantidades considerables de la concha. Otras industrias de carácter desestructurado son la recolección de archil, o musgo español, en el lado occidental de la península californiana, la caza de garzas por sus plumas y de caimanes por sus pieles, la extracción de miel (comúnmente miel silvestre), y la recolección de insectos cochinilla y ni-in.

El insecto cochinilla fue en su día un importante producto comercial, pero la industria ha decaído. El «ni-in» (también conocido como «hacha») es un insecto de pequeña escala perteneciente al género Coccus, que se encuentra en Yucatán, Oaxaca, Vera Cruz, Michoacán y otros estados del sur, donde habita en los árboles de spondia y produce una sustancia grasosa llamada «ni-inea», que es muy utilizada por los nativos como barniz, especialmente para los utensilios domésticos, ya que resiste el fuego así como el agua.

Revisor de hechos: Alfred [rtbs name=»siglo-xx»]

Recursos

Véase También

Bibliografía

Labariega V., Pedro A., «Las empresas de interés social y la actividad pesquera», Memoria de la Reunión Nacional sobre Legislación Pesquera (en prensa)

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