Penas Alternativas a la Prisión

Penas Alternativas a la Prisión en México

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Visiones sobre Penas Alternativas a la Prisión en el Derecho Penal

Publicados primero por el INACIPE, 2007:

Reflexión Crítica

MÉXICO ha sido impulsor —en el ámbito legislativo y doctrinario— de estas medidas necesarias. Sin embargo, su aplicación ha topado con circunstancias e inconvenientes fácticos que la han hecho imposible. Falta de recursos, de cultura social, de vías adecuadas para la aplicación de esos sustitutivos a la prisión, de la que se abusa permanentemente en nuestro país, son algunas de esas causas. Se sugerirían dos vías más, además de las ya previstas en la ley: un sistema vicarial que permita la antelación del cumplimiento de medidas de seguridad al de la pena misma y un programa de apoyo pospenitenciario, para brindar una verdadera «nueva oportunidad» a liberados y preliberados, y evitar su reincidencia. La prisión, hasta hoy, ha sido una acción del Estado, pero no una respuesta; el secuestro institucional no ha logrado sus fines y deben modificarse las estrategias. RENÉ GONZÁLEZ DE LA VEGA (Autor)

Reflexión Crítica

EN MÉXICO se abusa de la prisión; esta tendencia se conoce como la de una penalidad basada en una visión «peligrosista», que ha convertido en delitos graves el 30% de los tipos previstos en los códigos; en cambio, la reparación del daño es una utopía; las penas alternativas a la prisión debieran ser la regla a seguir para la mayoría de los delitos cometidos por primo-delincuentes; tenemos reclusorios agolpados y saturados y, en cambio, los responsables de los delitos más calificados gozan de impunidad. La prisión es una alternativa para casos excepcionales y las penas alternativas a la prisión son la fuente de una maduración realista de la concepción del crimen y sus consecuencias sociales y, sobre todo, del derecho de las víctimas a la reparación simbólica de los bienes perdidos. SALVADOR O. NAVA GOMAR (Autor)

Reflexión Crítica

UNO DE LOS fracasos en los esfuerzos por cambiar el Derecho Penal mexicano es el intento de remplazar la prisión. Hace casi 25 años se tuvo la esperanza de que el monopolio de la privación de libertad iba a quedar abandonado. La falta de voluntad política ha impedido crear la estructura necesaria para que las penas alternativas (condena condicional, trabajo a favor de la comunidad, semilibertad y tratamiento en libertad de imputables) dejen de significar impunidad. JORGE ROBLEDO

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