Acción Voluntaria

Acción Voluntaria en México en México

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Acción Voluntaria en México: Estadísticas

Acción voluntaria

Como se ha mencionado anteriormente, suscribimos la definición operativa utilizada en los otros capítulos de este volumen de que se considera voluntariado a aquellas acciones que los individuos realizan de forma voluntaria (sin coacción), sin remuneración y en beneficio de terceros. En algunos lugares (como es el caso de México), creemos que los familiares directos no deben ser considerados entre esos terceros.

También es importante aclarar que el marco temporal habitual a la hora de recopilar este tipo de información han sido los 12 meses anteriores a la entrevista; esto es así por varias razones: (1) como investigadores, buscamos una acción voluntaria más estable que implique una determinada frecuencia y abarque un cierto periodo de tiempo; (2) los 12 meses anteriores es un marco temporal no demasiado lejano a la memoria del encuestado y, como tal, no es difícil que recuerde características como la frecuencia o el tiempo dedicado a dicha actividad; (3) facilita los cálculos posteriores, ya que este marco temporal no es especialmente corto ni demasiado largo y permite realizar comparaciones con el empleo habitual .

El 76% de los encuestados declara haber participado en alguna actividad de voluntariado. En comparación con las cifras de otros países, se trata de una proporción muy alta desde cualquier punto de vista, pero es algo a lo que volveremos más adelante. Además de la cifra global de participación del 76 %, los mexicanos se involucraron en un promedio de 3.3 acciones voluntarias (durante los últimos 12 meses), pero ¿qué significa esto? De acuerdo con los criterios empleados, cada individuo participó en un promedio de 3.3 tipos de acciones diferentes, como las mencionadas anteriormente, cada una de las cuales se define por una actividad específica que se realizó con una frecuencia determinada (diaria, o una o varias veces a la semana, al mes o al año), a la que los encuestados dedicaron una cantidad específica de tiempo (30 min o más). No se trataba de simples «actos voluntarios» con definiciones ambiguas.

En cuanto a las diferencias específicas de género, antes de aplicar esta encuesta se creía que la participación de los voluntarios en México era casi exclusiva de las mujeres; sin embargo, el 53% de las mujeres y el 47% de los hombres declararon participar.

El contexto de la acción voluntaria en México

La tríada escuela-iglesia-vecindario concentra el grueso de las acciones voluntarias de los mexicanos. Debemos considerar que, en el caso de México, las dificultades de la educación son enormes y eso exige que los padres se involucren intensamente en las escuelas de sus hijos.

Entre las actividades que los encuestados mencionaron a favor de las escuelas, destacan las mejoras físicas, como pintar o limpiar las aulas, y la supervisión de la llegada y salida de los alumnos. Estas acciones son quizás más específicas de las circunstancias que se dan en México y seguramente no se dan en entornos menos inciertos y más organizados. De las actividades escolares reportadas, el 14 % incluyó la participación en «consejos» o «comisiones». Considero que esta información es un indicio de lo precario de la situación, pero también es indicativa de un mayor interés de las personas en las instituciones educativas.

A continuación, entre las acciones en beneficio de la iglesia, destacan las que están estrechamente relacionadas con la propia práctica religiosa: el apoyo a los grupos de culto, la enseñanza del catecismo y la organización de peregrinaciones son las más frecuentes. La ayuda a la limpieza del local o de los objetos litúrgicos y otras actividades eran importantes, pero menos que las otras.

En cuanto a las acciones a favor de las causas cívicas, el medio ambiente o la cultura, vemos que sólo representan el 10% de las acciones.

Si bien la participación femenina es en general mayor, los hombres dominan dos campos: el deporte, con un 66 % de participación, y el barrio, con un 55 %. Las mujeres destacan en el resto de los campos, pero sobre todo en el cuidado de los niños con un 68 %, en la asistencia sanitaria (62 %) y en las actividades religiosas (62 %).

Los mexicanos no sólo realizaron una media de 3,3 acciones, sino que al menos una de ellas tuvo lugar en un ámbito diferente al resto. Esto significa que, en promedio, una persona realizó, por ejemplo, una y tal vez dos acciones de voluntariado en la «escuela» (supervisando la llegada y salida de los alumnos y ayudando en las tareas de limpieza), pero también realizó otra actividad en el «barrio». En otro ejemplo, quizá el voluntario realizó una o dos actividades en la «iglesia» (enseñar el catecismo y organizar un grupo de culto), pero también realizó una tercera actividad de apoyo a la acción en favor del medio ambiente. Esto revela un nivel de intensidad relativamente importante entre la población del país, ya que, en general, se comprometieron no sólo con una actividad, sino con unas cuantas. «No se dispone de datos comparativos, ya que los investigadores de otros países no han abordado estas cuestiones».

Otros Aspextos sobre el trabajo voluntario y sus actividades

Trabajo voluntario y grupos de edad

En términos relativos, el grupo de edad de 15 a 24 años representa el 25,4% de los voluntarios, cuatro puntos porcentuales más que el siguiente grupo de edad. Además, existen claras diferencias en el porcentaje de participantes entre los grupos más veteranos y los más jóvenes. En este sentido, observamos una menor participación en los grupos de mayor edad.

Nivel educativo y acción voluntaria Una característica que también vale la pena subrayar para el caso de México es que, aun cuando los niveles de escolaridad entre quienes han realizado actividades voluntarias en el último año y quienes no lo han hecho no presentan grandes diferencias; en términos relativos (a partir del nivel secundario), un mayor nivel de escolaridad corresponde a más personas que realizan acción voluntaria .

Tiempo dedicado y frecuencia de las actividades de voluntariado Como ya se ha dicho, los voluntarios encuestados declararon una media de 3,3 actividades de voluntariado en los 12 meses anteriores. Esto significa que dedicaron una cantidad de tiempo determinada (30 minutos o más) a este número de acciones en cada caso, y que cada actividad se realizó con una frecuencia determinada (diariamente, o una vez o más cada semana, mes o año). También se preguntó a los encuestados: «¿Desde cuándo realizaban estas acciones?». «¿Hace poco o mucho tiempo?».

Sin embargo, antes de continuar, es importante señalar que la mayoría de los llamados voluntarios en México no son etiquetados como «voluntarios», ya que esta palabra es poco utilizada. En realidad son sólo personas que por diversas circunstancias deciden realizar «acciones voluntarias» durante un tiempo determinado. Descubrimos personas que dedican mucho tiempo al voluntariado, pero es más común en México que las personas retomen y abandonen actividades a lo largo de su vida por periodos cortos. Hasta cierto punto, esta característica es distintiva del voluntariado mexicano, que no parece ser similar en otros lugares.

Una clara ilustración de lo anterior es el contraste entre los encuestados respecto al voluntariado en el año anterior en comparación con el mes anterior. Mientras que el 76 % de los encuestados declara haber realizado una o más acciones en el último año, sólo el 45 % declara haber realizado alguna de las acciones durante el mes anterior. Esto no significa necesariamente que estos encuestados hayan abandonado por completo las actividades de voluntariado, sino que un número de los que participaron en acciones de voluntariado en los últimos 12 meses no lo hicieron en el mes anterior y, por tanto, el porcentaje global es menor. También preguntamos a los encuestados sobre el voluntariado en otros momentos de su vida más allá de los 12 meses anteriores, a lo que una mayoría de dos tercios respondió afirmativamente. Además, un tercio de los que no fueron voluntarios en el año anterior declararon haber sido voluntarios en el pasado. Con estas observaciones quiero destacar otros dos rasgos: (1) el carácter dinámico de la participación en la acción voluntaria en México, y (2) lo que parece ser aún más importante: que los mexicanos son personas muy colaboradoras, con muchas ganas de participar en la acción voluntaria y que, lejos de constituir una especie de carrera, se dedican y abandonan (muy probablemente) estas actividades a medida que las necesidades y posibilidades lo exigen y permiten. Tal vez esta sea una gran diferencia con respecto a lo que ocurre en otros países donde parece haber una especie de carrera profesional en el voluntariado.

Tipos de acción voluntaria en México Con base en nuestros hallazgos, existen tres grupos de voluntarios: el primero está conformado por dos terceras partes (67 %) de los voluntarios y 49 % de la población mexicana (de 15 años en adelante) que han participado en entre una y tres acciones voluntarias (que pueden variar en tipo y frecuencia) por menos de un año. El siguiente grupo está formado por sólo el 19% del total de voluntarios -el 14% de la población mexicana- y está constituido por quienes llevan más de un año participando en acciones de voluntariado (que pueden variar en tipo y frecuencia) pero menos de cinco. Este grupo declaró haber realizado entre cuatro y cinco acciones (que pueden variar en tipo y frecuencia) en el año anterior. Por último, hay un grupo más pequeño que está formado por el 14% de todos los voluntarios y al menos el 10% de la población mexicana; consiste en aquellos que reportaron más de cinco años de compromiso con la acción voluntaria y realizaron cinco o más acciones (que pueden variar en tipo y frecuencia). Claramente, estamos ante tres comportamientos diferentes respecto a la acción voluntaria. Por un lado, la proporción de la población que comprenden es diferente y, por otro, el tiempo dedicado o la intensidad también varía. Sin embargo, los tres grupos presentan los rasgos principales que mencionamos anteriormente, ya que dedican su acción a la tríada escuela-iglesia-barrio, los principales escenarios de acción en México. Por otra parte, algunas diferencias merecen ser comentadas. En cuanto a los patrones de comportamiento en el tiempo entre hombres y mujeres:

1. Entre los que llevan un año o menos de voluntariado (Grupo 1), la proporción de hombres y mujeres es del 50%. Sin embargo, entre los que llevan más de un año pero menos de cinco (Grupo 2), la proporción cambia al 41 % para los hombres y al 59 % para las mujeres. Por último, entre los que llevan más de 5 años (Grupo 3), la proporción de hombres disminuye aún más hasta el 39 %, y las mujeres representan el 61 %. Hay una mayor persistencia en el trabajo voluntario entre las mujeres. Esta información sugiere quizás que las mujeres proyectan su trabajo voluntario durante más tiempo que los hombres. Si situamos este comportamiento en la vida cotidiana, podemos deducir que las mujeres se comprometen con este tipo de actividades durante más tiempo, pero esto no debe llevarnos a minimizar el papel de los hombres que, como revelan las cifras, es claramente importante .
2. Otra variación importante entre los tres grupos es la relacionada con la edad, a pesar de que estas diferencias no son demasiado evidentes y de que todos los grupos incluyen tanto a personas muy jóvenes (15 años) como a personas mayores (entre 85 y 88 años). Sin embargo, y teniendo en cuenta la observación anterior, la distancia de edad entre los grupos 1 y 2 y el grupo 3 es más amplia que la existente entre los dos primeros. En este último, la edad media es casi la misma (37 años) mientras que la edad media del grupo 3 es más alta (39). Además, el tercer grupo tiene más personas de 42 años (la moda estadística), mientras que los dos primeros tienen más individuos de 17 y 18 años. Aun cuando no hay diferencias importantes de edad entre los individuos de los tres grupos de voluntarios, tiende a haber voluntarios ligeramente mayores en el grupo que lleva más tiempo realizando estas actividades.
3. Otras diferencias importantes entre los tres grupos son las siguientes:
Los que llevan más de cinco años en la acción voluntaria tienen una mayor proporción de familiares directos que realizan la acción voluntaria; la pertenencia al grupo (organización) es también bastante mayor. Lo que es aún más destacable para este grupo es que muestra una mayor intensidad en su participación en la acción voluntaria no sólo cuando se mide en horas dedicadas sino también con respecto a la frecuencia y la variedad de subsectores.

Es importante señalar que, a diferencia de algunas características que exhiben otros países, la acción voluntaria en México es bastante frecuente en todos los grupos de edad (15 años y más) y niveles socioeconómicos. De hecho, como hemos señalado anteriormente, las diferencias importantes son/son más evidentes en la práctica real de la acción voluntaria que en el perfil de quienes la realizan.

La práctica de la acción voluntaria en México : ¿Cómo es la práctica real de la acción voluntaria en México? En primer lugar, es variada; en segundo lugar, es intensa; en tercer lugar, es de corta duración. Como hemos dicho anteriormente, predomina la tríada de acción escuela-iglesia-vecindario, pero casi un tercio de las acciones (31%) tienen lugar en otros ámbitos muy diferentes entre sí. De media, cada voluntario realizó 3,3 acciones de voluntariado a lo largo del año, 2 en el mismo entorno o subsector y una media de 1,3 en otro diferente. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de acciones que se realizan con una frecuencia determinada, durante un tiempo concreto y con una periodicidad determinada.

En la encuesta, la mayoría de los que declararon realizar acciones voluntarias (dos tercios) no las llevaban a cabo desde hacía más de un año y, además, un tercio de los que declararon no haber sido voluntarios en el año anterior afirmaron haberlo sido en el pasado. También hay que recordar que no todos los que declararon haber realizado acciones durante el último año informaron de actividades en el mes anterior.

Por otro lado, hay un grupo más estable que, sin embargo, es pequeño. Comprende apenas el 14% de los voluntarios y el 10% de la población mexicana. Este grupo presenta algunas características particulares: mayor presencia de mujeres y personas de mayor edad, participación en varios ámbitos de acción, antecedentes de voluntariado entre familiares y pertenencia a grupos. A juzgar por estos rasgos, parecería que estas personas pueden asumir roles de liderazgo en el campo de la acción voluntaria: la promoción de la actividad voluntaria seguramente se da a través de los esfuerzos de muchas de estas personas que deben ser bastante relevantes en muchas de las organizaciones que ya existen .

Horas dedicadas a la acción voluntaria: Hasta aquí hemos hablado de la extensión de la dedicación a la acción voluntaria por parte de la población mexicana y de algunos aspectos que revelan cierta intensidad en estas acciones. Diseñamos la encuesta para evaluar el número total de horas dedicadas por quienes reportaron una o más acciones.

La estimación a la que llegamos fue de un promedio de 283 h por voluntario al año, una cantidad muy alta de tiempo dedicado al voluntariado. Pero las cantidades de tiempo invertidas en los diferentes tipos de acciones nos permiten emprender un camino de análisis ligeramente diferente.

Mencionamos que al considerar el número de voluntarios y acciones los subsectores más populares en México eran la tríada escuela-iglesia-vecindario, sin embargo, como veremos, esto cambia si consideramos la cantidad de tiempo dedicado a las diferentes acciones.

Considerando las horas dedicadas, la acción en el barrio ocupa el primer lugar (22 %), seguido del «cuidado de los niños» (20 %), y luego la «escuela» (13 %). Se trata de una composición bastante diferente a la que habíamos presentado anteriormente, pero es lo que realmente ocurre cuando consideramos la cantidad de tiempo dedicado.

Un poco más de la mitad (55 %) del total de horas se dedican a tres tipos de actividades muy propias de la situación de un país como México, en el que se carece de muchos servicios básicos que deberían prestar las instituciones públicas. Son muchas las actividades que los mexicanos deben realizar para suplir lo que los gobiernos no brindan en cuanto a la prestación de servicios básicos en los barrios. En este sentido, también es importante mencionar que ha habido en México una historia muy larga de colaboración comunal (mutua) tanto en los pueblos rurales como en los barrios marginales urbanos. Esto viene de la colonia española y ha sido utilizado en los tiempos modernos por los diferentes gobiernos después de la Revolución desde la década de 1930 como una forma de resolver muchas necesidades urgentes de la gente. Es algo con lo que la mayoría de los mexicanos estamos familiarizados en nuestra vida cotidiana y que ha sido documentado ampliamente en libros e informes de diversa índole (entre otros autores ver Verduzco, 2003).

En segundo lugar, tenemos -en una sociedad que carece de servicios adecuados y suficientes para las madres trabajadoras- el «cuidado de los niños», un servicio prestado por amigos y vecinos en muchos casos. Luego está la escuela, donde las principales actividades voluntarias son la limpieza, la pintura y el mantenimiento, así como la supervisión de la entrada y salida de los niños de la escuela. Estas actividades representan más de la mitad del total de horas que los mexicanos dedican al voluntariado.

Considero que es suficientemente claro que estas actividades, especialmente el cuidado de los niños y las que se realizan en las colonias y escuelas, son acciones que se realizan de manera voluntaria porque quizá es la única manera de enfrentar y reducir los déficits existentes; son, de cualquier manera, acciones voluntarias a las que se dedican muchas horas y que implican mucho trabajo y esfuerzo. Además, son una gran ayuda para la sociedad mexicana por los esfuerzos que no realiza el gobierno y constituyen una aportación muy valiosa.

¿Los mexicanos serían menos voluntarios si hubiera mejores servicios en el país? Esto es algo que no sabemos, pero estos datos revelan que la sociedad mexicana ha sido muy activa y que la sociedad ha respondido para suplir muchos de los servicios que las instituciones públicas no han prestado. Ahora bien, si consideramos la acción voluntaria que no califica como complementaria a los servicios públicos (excluyendo también las actividades relacionadas con la religión), tendríamos que hasta el 29% de las horas reportadas en acción voluntaria están relacionadas con actividades muy diferentes en diversos ámbitos como las causas cívicas, el medio ambiente y la promoción de la cultura, entre otras. Estas actividades reciben una media de 82 h de dedicación al año, una cifra muy importante si se compara con lo que ocurre en otros países desarrollados. En Canadá, por ejemplo, el total de horas medias dedicadas a actividades de voluntariado (a favor de organizaciones) fue de 154 h.

En resumen, los mexicanos aportan gran parte de su tiempo a actividades que en otros países pueden no ser necesarias, pero lo importante en México es que una mayoría del 76% ha querido ser voluntario para dar solución a algunas de las insuficiencias que enfrentan. Esto es, por ahora, una riqueza social de gran valor que no debe dejar de apreciarse. Más allá de las horas dedicadas a actividades que complementan lo que el gobierno no realiza adecuadamente, la sociedad mexicana también contribuye de manera bastante excepcional a otro tipo de actividades.

La acción voluntaria emprendida en un entorno colectivo: Entre quienes estudiamos las actividades voluntarias, se ha discutido ampliamente la cuestión de si éstas deben realizarse o no a través de organizaciones sociales. Lo que subyace es la idea de que las actividades son más estables y, en general, mejor planificadas si las organizaciones las realizan en apoyo de diversas causas sociales. Lo que hacen los individuos por su cuenta se considera algo distinto, como parece ser el caso de Canadá, Francia y Estados Unidos. En nuestro caso, hemos decidido recoger primero lo que hacen los individuos y luego averiguar si estas acciones se han producido o no en el seno de organizaciones (o grupos). Hemos procedido de esta manera porque la experiencia nos ha demostrado que una gran cantidad de acciones voluntarias se llevaban a cabo en diferentes tipos de entornos, muchos de los cuales no se consideraban organizaciones formales (registradas). Seguimos observando innumerables casos en los que se ha llevado a cabo acción voluntaria de diversa índole a través de grupos que presentan una estructura muy flexible e incluso una temporalidad reducida sin llegar a constituirse formalmente bajo leyes o reglamentos. Esto es algo que comentaremos más adelante dada su importancia especialmente en el caso de un país como México.

En nuestra encuesta, recogimos información relativa a si lo que los encuestados consideraban la actividad más importante se había desarrollado en una institución «con oficina o lugar físico para trabajar», o con un grupo de amigos o conocidos (sin «oficina o lugar físico para trabajar») o de forma individual. La primera opción revelaría la probable existencia de una institución, mientras que la segunda sólo revelaría la presencia de un grupo de amigos o conocidos. Sin embargo, ambas opciones señalarían que llevaron a cabo las acciones en un entorno colectivo, situación que implica la existencia de algún grado de planificación y una estrategia de acuerdo de al menos dos o más individuos.

El 42% de los voluntarios respondieron que habían emprendido la acción voluntaria en una institución (con una «oficina o lugar físico para trabajar») y el 21% lo hicieron con un grupo de amigos o conocidos; casi dos tercios (63%) realizaron la acción voluntaria en un entorno colectivo, ya sea una institución o un grupo. Se trata, sin duda, de una proporción importante porque es indicativa de una percepción generalizada que tienen los propios encuestados sobre el entorno colectivo en el que se desarrolló su acción. Por otro lado, los emprendimientos individuales, tuvieron lugar en algo más de un tercio de los voluntarios (36 %).

Pero volviendo a nuestra pregunta original, debemos señalar que el 42 % de los voluntarios que declararon haber realizado su acción más importante en una institución es también una proporción elevada, incluso si lo comparamos con lo que se ha informado en otros países.

Aunque la información sobre otros países no es similar en varios aspectos y, por lo tanto, no se puede comparar directamente, parece que hay algunas similitudes con Francia. Por ejemplo, entre los voluntarios franceses (Benevoles), el 23 % realizó sus actividades en favor de asociaciones, el 5 % en favor de organizaciones (sindicatos, instituciones profesionales y similares) y el 8 % en grupos no formales (36 % en total). Además de esto, un 20 % adicional donó su tiempo en favor de otras personas fuera de sus familiares directos: 56 % en total.

Pertenencia a grupos La pertenencia a un grupo ha sido un tema relevante a la hora de recabar conocimientos sobre la dinámica de la sociedad civil. Un supuesto subyacente es que los individuos logran más, en varios sentidos, cuando suman sus acciones a través de un grupo u organización y que esto también beneficia a la sociedad en su conjunto.

En nuestra encuesta, el 25% declaró pertenecer a un grupo u organización. En cuanto a los niveles de pertenencia a grupos entre hombres y mujeres, son casi iguales; el 51 % de los hombres y el 49 % de las mujeres declararon pertenecer a un grupo. Además, casi todos los que pertenecen a un grupo (92 %) realizaron acciones de voluntariado en los 12 meses anteriores a la encuesta, lo que indica una posible asociación entre la pertenencia a un grupo y la realización de acciones de voluntariado .

Por término medio, los encuestados pertenecen a 1,6 grupos, pero la distribución es la siguiente: La mayoría de los encuestados (67 %) pertenece a un solo grupo, en su mayoría de carácter religioso, pero el resto (33 %) pertenece a dos o más grupos, en su mayoría relacionados con el deporte, el desarrollo social y las actividades políticas, así como dedicados al cuidado de enfermos y discapacitados.

En comparación con otros países, la pertenencia a grupos es mucho menor en México que en otros lugares. En Francia, el 55 % de los franceses declaró pertenecer a una asociación o grupo. En México, la baja pertenencia a grupos puede estar relacionada en parte con una historia particular de estar bajo un régimen autoritario como el PRI, el partido político que ha estado en el poder por más de 70 años.

El valor monetario del trabajo voluntario El voluntariado no implica ninguna compensación, pero el tiempo y el esfuerzo dedicados a cualquier actividad pueden considerarse un gasto potencial para el voluntario. No es fácil imaginar el valor que se puede asignar a estas actividades porque los voluntarios y las actividades son de naturaleza bastante heterogénea; un contexto como éste sólo permite hacer aproximaciones que nos acerquen a estimar un valor mínimo. En este sentido, si asignamos el valor equivalente a dos veces el salario mínimo oficial para el área de la Ciudad de México en 2012, el equivalente en dólares de 2012 es de 1.20 dólares por hora. Multiplicado por el promedio de horas anuales por voluntario (283), el valor promedio anual por voluntario ascendería a aproximadamente 335 dólares americanos. Como vemos, considerar el doble del salario mínimo arroja una cifra muy baja, pero funciona como valor de referencia para, calibrar el posible valor de la mano de obra en rangos que pueden ser equivalentes a dos, tres o cuatro veces el salario mínimo por hora. Los valores anuales respectivos serían de 335 dólares, 493 dólares y 658 dólares por voluntario. Según el organismo nacional de estadística de México (INEGI 2012), en 2012 la población mexicana de 15 años y más era de 78,4 millones. Como mencionamos, el 76 % realizó acciones voluntarias, un total de 59.6 millones de personas. Así, en los tres escenarios de salario mínimo mencionados, las aportaciones del voluntariado (como porcentaje del PIB de 2012) serían de 1.69, 2.56 % y 3.38 %, respectivamente.

El gasto total en salud 2012-2013 en México fue equivalente al 2.7 % del PIB. Si calculáramos el valor de las acciones voluntarias de la población mexicana utilizando dos y tres veces el salario mínimo, esto daría como resultado que estas actividades tienen un valor comparable al gasto total en salud. Esto también parecería realista ya que entre el 50 y el 60 % de los trabajadores asalariados del país perciben un ingreso diario de entre uno y tres salarios mínimos (ENOE, «salarios», serie 2010-2011, INEGI). Por lo tanto, tenemos un panorama del tamaño de lo que los mexicanos pueden aportar en un valor equivalente al dinero para el país a través de su acción voluntaria.

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