Clero

Clero en México

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Introducción a Clero

Definición de Clero

Ver el significado de Clero en el diccionario jurídico y social.

Defensa del Clero en los años 20 del Siglo XX

Nota: hay una introducción general sobre la defensa del Clero en los años 20 del Siglo XX aquí.

La política anticlerical en Michoacán estuvo condicionada por los intereses locales de las autoridades y la forma en que el clero católico reaccionó contra la Revolución y contra las leyes constitucionales, aplicándolas a discreción según sus convicciones político religiosas. De esta forma, aunque el contexto de los acontecimientos dictaminó una actitud enérgica contra cualquier religiosidad establecida en el estado, en la práctica no se cumplimentó la orden, dejando cierto margen de acción a los protestantes.

Podemos afirmar entonces que la política religiosa de Múgica y Sánchez Pineda fue de tolerancia ambigua hacia las iglesias protestantes, no porque fueran partidarios del protestantismo, sino como resultado de que éstas decidieron acatar de manera conveniente las disposiciones en materia religiosa. Por lo anterior, los protestantes no fueron considerados una amenaza al orden constitucional, toda vez que se mostraron obedientes en respetar las leyes que regulaban su presencia en el estado. No obstante, haberse alineado a las medidas anticlericales de las autoridades en turno no fue un obstáculo para idear mecanismos tendientes a conservar sus bienes y evitar que fueran nacionalizados, logrando muchas veces burlar la vigilancia de las autoridades.

Las congregaciones protestantes actuaron de manera acomodaticia en determinadas situaciones, siendo una de ellas el tema del reparto agrario. En este sentido, los presbiterianos, a diferencia de los bautistas, se involucraron en la lucha por la tierra agrupados en organismos políticos con una ideología particular en la que se entremezclaron ideales calvinistas y liberales. Esta participación política de los presbiterianos se hizo de manera particular atendiendo a sus intereses de clase; no fue una participación generalizada ni que tuviera que ver con la misión estadounidense. Si bien la misión se mantuvo respetuosa del actuar de algunos presbiterianos, no los juzgaron porque desde su punto de vista, ante las injusticias sociales los individuos tenían el derecho civil de actuar. El pensamiento calvinista le dio a la lucha por la reforma agraria un matiz particular que les permitió, según Butler, justificar los actos de violencia en el derecho a la tierra como individuos elegidos por Dios. Desde mi punto de vista, los hacendados, los terratenientes y el clero fueron vistos por los presbiterianos como el enemigo que quería ver al campesino sumido en la miseria y resignado a vivir bajo la amenaza de que cambiar esta situación significaría ir contra Dios; por ello, recibir tierras y luchar por ellas era parte de la certeza moral de que Dios estaba de su lado, y la clara evidencia de ello eran las posesiones y bienes terrenales que mediante el trabajo y demandas justas podían adquirir para mejorar su estatus social y económico. Esta manera de pensar se ve reflejada en sus discursos anticlericales emitidos en la prensa liberal y protestante y en la instrucción liberal impartida dentro de las escuelas, que fueron espacios donde se concientizó al pueblo para hacer valer sus derechos y obligaciones respecto de las leyes.

En referencia a los artículos 3, 27 y 130 de la Constitución federal, que afectaban a las iglesias protestantes en el tema de la educación, la nacionalización de los templos y la presencia de extranjeros en las congregaciones, las misiones en Michoacán no se vieron afectadas. Los espacios educativos continuaron abiertos, dirigidos por profesores extranjeros, e impartiendo educación religiosa. Los bautistas fundaron sus primeros colegios, mientras que los presbiterianos impulsaron el amor a la tierra y a lo nacional por medio de la creación de escuelas rurales, conservando además las escuelas de primeras letras. Si bien el alcance de estos espacios fue reducido, puesto que la escuela rural se circunscribió a los miembros de las congregaciones, fue una opción para incentivar una conciencia agrarista. Finalmente, aunque violentaban el artículo 130, las congregaciones eran dirigidas por predicadores extranjeros y los templos, aunque pasaron a manos de nacionales para efectos legales, seguían recibiendo ayuda económica y religiosa que llegaba por medio de los misioneros estadounidenses.

Por último, bajo la certeza de que las medidas anticlericales en el estado no estaban enfocadas hacia ellos, los protestantes orientaron sus esfuerzos a la creación de espacios sociales para competir con el clero católico por los bienes de salvación y reforzar entre la sociedad ciertas normas éticas y morales, como la abstinencia de alcohol. La fortaleza del protestantismo durante este periodo se vio reflejada en el aumento de un anticlericalismo radical presbiteriano, que llegó a conatos de violencia contra el clero católico del estado. Si bien este anticlericalismo ya existía desde el porfiriato, lo cierto es que no había traspasado las fronteras (véase qué es, su definición, o concepto jurídico, y su significado como «boundaries» en derecho anglosajón, en inglés) de la prensa liberal y confesional protestante. Esta dinámica de enfrentamientos radicales entre protestantes y católicos originó más tarde, durante el gobierno de Enrique Ramírez, la expulsión de congregaciones bautistas en algunas localidades.

Fuente: Historia Mexicana, El Colegio de México (CC BY-NC-ND 4.0)

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