Comunicaciones

Comunicaciones en México

[aioseo_breadcrumbs] [aioseo_breadcrumbs]
[rtbs name=»informes-juridicos-y-sectoriales»][rtbs name=»derecho»]

Situación a Principios del Siglo XX

Los ferrocarriles comenzaron en México con una línea de cuatro kilómetros entre la capital y Guadalupe, que se terminó en 1854 y que después pasó a formar parte del Ferrocarril Mexicano. Este último data de 1857, cuando se otorgó una concesión para la construcción de un ferrocarril desde la ciudad de México hasta Vera Cruz. La invasión francesa de 1862 encontró sólo 10 m. en funcionamiento fuera de Vera Cruz y las necesidades militares llevaron a su inmediata extensión hasta Paso del Macho, al pie de las sierras, unos 35 m.

Al mismo tiempo, la compañía inglesa que tenía la concesión extendió la línea de Guadalupe hasta Puebla. Nada más se realizó hasta después de la caída de Maximiliano, y con una liberal subvención del gobierno mexicano se impulsó el Ferrocarril Mexicano hasta su finalización en 1873. Es célebre por las dificultades superadas en las precipitadas laderas orientales de la Sierra Madre, por la belleza del paisaje montañoso que atraviesa y por la rápida transición de la calurosa y húmeda llanura costera a la fresca y árida meseta de Boca del Monte, situada a 2.924 metros sobre el nivel del mar. El ferrocarril se extiende 263 m. entre Vera Cruz y la Ciudad de México, a los que se añadieron 58 m. en los ramales de Apizaco a Puebla, y de Ometusco a Pachuca. La línea se capitalizó en 46.000.000 de dólares y ha dado un buen beneficio a la inversión. El período de construcción activa del ferrocarril, sin embargo, no comenzó hasta 1878, durante el primer mandato del presidente Porfirio Díaz. En 1874 se otorgó una concesión para una línea desde el puerto de Progreso hasta Mérida (222 m.), y en 1878 se añadieron cuatro concesiones bajo las cuales se construyeron 806 m.

La principal de estas cuatro concesiones fue el Ferrocarril Interoceánico que iba de Vera Cruz a la Ciudad de México y atravesaba la república hacia Acapulco. En 1880 se otorgaron concesiones al F.C. Occidental, al F.C. Central Mexicano, al F.C. Nacional Mexicano y a otros tres de menor importancia, que suman casi 3.500 m. Los tres primeros se han convertido en factores importantes en el desarrollo de México. La primera corre hacia el sur desde la capital hasta Oaxaca a través de los ricos estados subtropicales de Puebla y Oaxaca, y las otras dos corren hacia el norte desde el mismo punto hasta la frontera americana. Estas dos líneas, llamadas popularmente Central Mexicana y Nacional Mexicana, tienen sus terminales norteñas en Ciudad Juárez y Laredo, en el Río Grande, y conectan con las líneas troncales americanas en El Paso y Laredo. Estas dos grandes líneas se fusionaron en 1908, con un capital agregado de 460.000.000 de dólares mexicanos, de los cuales el gobierno mexicano posee 230.004.580 dólares, es decir, una participación mayoritaria. Importantes ramales de estas líneas se extienden a Tampico en la costa del Golfo, a Manzanillo en la costa del Pacífico, y hacia el oeste y el sur en Michoacán y Guerrero, con una terminal costera en o cerca de Acapulco. La siguiente línea importante es la F.C. Internacional Mexicano, que va desde Ciudad Porfirio Díaz, en el Río Grande, hacia el suroeste a través de la meseta hasta Durango, y se va a ampliar hasta Mazatlán, en la costa del Pacífico. Esta línea se construyó con capital estadounidense y sin subvención.

Otra línea construida con capital americano y en conexión con los intereses ferroviarios americanos se extiende hacia el sur desde Nogales, en la frontera norte, hasta Hermosillo, Guaymas y Mazatlán; se va a extender a Guadalajara y posiblemente a otros puntos del sur de México. Monterrey está conectada con Tampico por una línea belga conocida como F.C. de Monterrey al Golfo Mexicano, y la capital va a tener conexión directa con el Pacífico, aparte del F.C. Interoceánico, por una línea a través de Cuernavaca e Iguala hasta la costa. Indirectamente, la capital tiene una conexión con la costa del Pacífico a través de Córdoba y el F.C. Vera Cruz al Pacífico hasta un cruce con la línea de Tehuantepec. Uno de los ferrocarriles más importantes de México es el F.C. Nacional Interoceánico de Tehuantepec, también llamado Nacional de Tehuantepec, y el ferrocarril del Istmo Mexicano, que tiene 192 m. de longitud y fue inaugurado formalmente en 1907. Esta línea cruza el Istmo de Tehuantepec desde Coatzacoalcos (oficialmente Puerto México), en la costa del Golfo, hasta Salina Cruz, en la costa del Pacífico, y lleva muchos años en construcción.

El ferrocarril se terminó por primera vez en 1894, pero su construcción ligera y defectuosa, junto con la falta de instalaciones de transporte en sus puntos terminales, lo hicieron inútil. Para corregir estos defectos se reconstruyó completamente la línea y se construyeron puertos terminales. En 1909 los puertos estaban preparados para recibir grandes buques de vapor, y se inició el tráfico regular, incluyendo cargamentos de azúcar hawaiano para Nueva York. El punto más alto de la línea (el paso de Chivela) está a 735 pies sobre el nivel del mar. El ferrocarril fue construido por el gobierno mexicano como una ruta transcontinental para el comercio internacional. Su construcción final, junto con la de sus dos puertos, fue ejecutada por S. Pearson & Sons, Ltd., de Londres, que también se encargó de la explotación de la línea una vez abierta. En 1907 se calculó que el coste total del ferrocarril y los puertos, una vez terminados, sería de unos 13.000.000 de libras. La línea está conectada en la estación de Santa Lucrecia (a 109 m. de Salina Cruz) con el ferrocarril de la Vera Cruz y el Pacífico, que proporciona una conexión totalmente ferroviaria con la Vera Cruz y la Ciudad de México, siendo la distancia entre esta última y Salina Cruz de 520 m. Según el Mensaje del Presidente de abril de 1909, había 14.857 m. de ferrocarril en funcionamiento, de los cuales 11.851 m. pertenecían o estaban controlados por el gobierno. Es política evidente del gobierno mexicano evitar la absorción de sus ferrocarriles por parte de monopolios privados, y esto se lleva a cabo mediante la propiedad estatal de una participación mayoritaria en la mayoría de las líneas troncales.

México está bien provisto de líneas de tranvía en sus ciudades más grandes. Un informe consular británico de 1904 afirmaba que la Ciudad de México y Torreón sólo utilizaban tracción eléctrica, pero que Guadalajara, Monterrey, Aguascalientes, Lagos, Colima, Vera Cruz y San Luis Potosí la utilizarían pronto. No se dispone de informes oficiales. Las líneas telegráficas tenían una longitud total de 35,980 m. a finales de 1907, de los cuales 33,000 m. pertenecían al gobierno nacional. El Presidente informa de una adición de 1.626 m. en 1908. La telegrafía inalámbrica estaba representada en 1908 por una conexión entre Mazatlán y la Baja California, que funcionaba con éxito. Las líneas telefónicas estaban en uso en todas las grandes ciudades y en conexión con las grandes empresas industriales y fincas, además de que el gobierno tenía 500 m. propios en 1908.

Revisor de hechos: Alfred [rtbs name=»comunicaciones»]

Comunicaciones

Comunicaciones en la Enciclopedia Jurídica Omeba

Véase:

Recursos

Véase también

Otras búsquedas sobre Derecho Administrativo en la Enciclopedia Jurídica Mexicana

Otras entradas relacionadas con Comunicaciones en la sección sobre el Derecho Administrativo pueden ser las siguientes:

  • Competencia administrativa
  • Compañía de ferrocarriles
  • Código de tránsito
  • Circular administrativa
  • Cinematógrafo

Deja un comentario