Geología

Geología en México

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Geología Mexicana a Principios del Siglo XX

La mayor parte de México está cubierta por depósitos del Cretáceo y de fechas posteriores, y las rocas anteriores al Cretáceo sólo aparecen en zonas relativamente pequeñas y aisladas. Sin embargo, en el extremo sur de la gran meseta, en el estado de Puebla, hay una masa considerable de rocas cristalinas que se cree que son de edad arcaica. En Chiapas, Oaxaca, Guerrero y otros lugares hay rocas similares; pero debido a la ausencia de depósitos fosilíferos tempranos, la edad de estas rocas es muy incierta. Se han reportado fósiles del Silúrico y del Devónico en una o dos localidades, pero por el momento las observaciones son dudosas. Los primeros yacimientos fosilíferos cuya existencia se ha demostrado en México pertenecen al sistema carbonífero. Se encuentran en los límites de Guatemala y consisten en calizas y dolomías con Productus.

Los yacimientos mesozoicos son de mayor importancia. Los sistemas Triásico y Jurásico se encuentran sólo en parches dispersos. El primero consiste en areniscas y arcillas, y los fósiles que se encuentran en ellos son principalmente plantas, incluyendo Gangamopteris y Macrotaeniopteris, dos géneros característicos del sistema Gondwana indio. Los lechos del Jurásico son margas, areniscas y calizas, que contienen fósiles marinos. Las rocas del Cretáceo tienen una participación mucho mayor en la formación del país. Forman la mayor parte de la Sierra Madre Oriental y también cubren la mayor parte de la meseta central. Contienen muchos fósiles, como Hippurites y Ammonites. Los depósitos sedimentarios de la era terciaria no ocupan una zona muy amplia. Sin embargo, se encuentran a lo largo de las costas, donde son marinos, y también en la meseta central, donde son de origen lacustre. Pero lo más importante de las rocas terciarias son, con mucho, las lavas volcánicas, los aglomerados y las cenizas, que cubren gran parte del país. Es en la mitad occidental de México donde están más desarrolladas, pero hacia el extremo sur de la meseta se extienden casi hasta la costa oriental. Se dice que las erupciones comenzaron con la eyección de sienitas, dioritas y diabasas, que probablemente tuvieron lugar a finales del Cretácico o principios del Eoceno. En el Mioceno se produjeron erupciones de andesitas de diversos tipos, mientras que a finales del Plioceno comenzaron las grandes erupciones de basalto que alcanzaron su máximo en la época cuaternaria y continúan hasta nuestros días.

Revisor de hechos: Alfred [rtbs name=»siglo-xx»]

Recursos

Notas y Referencias

Véase También

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