Legalización de Narcóticos en México
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Visiones sobre Legalización de Narcóticos en el Derecho Penal
Publicados primero por el INACIPE, 2007:
Reflexión Crítica
EXISTE una tendencia a considerar que la narcodependencia ha sido alentada sólo porque es una actividad prohibida que produce especiales placeres personales. Partiendo de esta base se pretende que, si se autoriza el uso de narcóticos, el problema del narcotráfico estaría satisfactoriamente resuelto; el delito tendería a desaparecer. Es curioso que en nuestro país el narcotráfico esté clasificado como «delito contra la salud» y que, por tanto, ponga de manifiesto que lo más relevante en este fenómeno delincuencial es la sanidad del pueblo, y no el combate a una actividad criminal. Son muy respetables todas las posiciones al respecto, pero la autorización de delitos para obtener así los fines prácticos de terminarlos, no puede ser signo de una buena ética y política criminal. JUVENTINO V. CASTRO Y CASTRO (Autor)
Reflexión Crítica
EL PROBLEMA de las adicciones es, sobre todo, de carácter social más que jurídico. Muchas personas piensan que lo que induce al consumo de drogas es el experimentar algo prohibido, en particular por los jóvenes, debido a la rebeldía característica de ellos; pero el argumento es fácilmente destruido al poner como ejemplo el alcohol y el tabaco, que la única prohibición (de carácter administrativa) es la de su venta a menores de edad. Las estadísticas (existen varios instrumentos internacionales multilaterales en materia de estadísticas económicas: el Protocolo de enmienda a la Convención internacional sobre estadísticas económicas, firmada en Ginebra el 14 de diciembre de 1928, y París, 9 de diciembre de 1948 y la Convención internacional sobre estadísticas económicas, firmando en Ginebra, 14 de diciembre de 1928 y enmendada por el Protocolo firmado en París el 9 de diciembre de 1948, Paris, 9 de diciembre 1948; la Convención se adoptó en esa fecha, y el Protocolo en Ginebra, Suiza, el 14 de diciembre de 1928) indican un elevado consumo de estas sustancias por personas cada vez más jóvenes. Algunos intentan copiar sistemas de otras latitudes, en donde el consumo de drogas es considerada una enfermedad (incluso el Estado proporciona las sustancias para su tratamiento), pero cabe aclarar que en estas latitudes —a diferencia de nuestro país— se cuenta con una política de salud e infraestructura suficiente para atender a las personas que padecen este terrible mal. Se ha intentado despenalizar el consumo, pero sería contradictorio al seguir prohibiendo su tráfico, ya que nuestro Estado no las proporcionaría como tratamiento. NIMROD MIHAEL CHAMPO SÁNCHEZ