Régimen de la Ganadería

Régimen de la Ganadería en México

[aioseo_breadcrumbs] [aioseo_breadcrumbs]
[rtbs name=»informes-juridicos-y-sectoriales»][rtbs name=»derecho»]

Situación a Principios del Siglo XX

La ganadería se remonta a los primeros asentamientos españoles en México y recibió no poco estímulo de la madre patria. Por esta razón siempre se le ha dado mucha importancia a esta industria, y en todos los estados de la república se encuentra algún tipo de ganadería, aunque no siempre en gran medida. Los españoles no encontraron animales domésticos autóctonos en el país, e introdujeron sus propios caballos, vacas, ovejas y cerdos. De ellos descienden los rebaños y ganaderías de hoy en día, sin mezcla de sangre nueva hasta finales del siglo XIX. Los caballos y el ganado son de tipo degenerado, pequeños, desgarbados y acostumbrados al abandono y al uso duro. El caballo se utiliza principalmente para montar y no se cría en grandes cantidades. La mula se utiliza más generalmente en todas las partes del país, siendo más resistente, más inteligente y mejor adaptada para el servicio como animal de tiro y de carga. El transporte de mercancías y productos se realizaba en su totalidad con animales de carga antes de la llegada del ferrocarril, y sigue siendo el medio de transporte habitual fuera de las líneas ferroviarias. Para este fin, la mula, de pies firmes, tiene un valor incalculable. Sin embargo, en algunos distritos se emplean bueyes y carretas de bueyes, especialmente en los estados del sur, y siempre en el campo abierto y llano.

Las diferentes condiciones climáticas de México han producido razas de ganado que no sólo se han alejado del tipo original español, sino que también presentan características sorprendentemente diferentes entre sí. Los de la meseta norte son pequeños, resistentes y longevos, ya que se crían en extensas praderas en un ambiente más fresco, y están acostumbrados a largos viajes en busca de agua y pastos. En el sur son más grandes y están mejor alimentados, debido al carácter permanente de los pastos, pero son menos vigorosos a causa del calor y las plagas de insectos. En Yucatán, las llanuras abiertas, los ricos pastos y la relativa ausencia de calor húmedo, de insectos y de murciélagos vampiros, han sido particularmente favorables para la cría de ganado, y los animales son generalmente considerados entre los mejores de México. A pesar de la frecuencia de las largas y destructivas sequías, la ganadería es una industria preferida entre los terratenientes de los estados del norte, y especialmente cerca de la frontera americana. Con frecuencia se experimentan pérdidas casi totales, pero los beneficios de un año favorable son tan grandes que las pérdidas rara vez disuaden a los ganaderos de volver a intentarlo. En las regiones serranas del oeste de Chihuahua y Duran o, Nuevo León, Coahuila, Aguascalientes, San Luis Potosí y los estados de la meseta más al sur, las lluvias son más abundantes y las condiciones más favorables. Los rebaños más grandes se encuentran en Chihuahua y Durango. Por encima de los 1.000 metros, el pasto silvestre es corto, tierno y se reproduce anualmente. Es excepcionalmente nutritivo, pero desaparece por completo en la estación seca debido a sus cortas raíces. El pasto de las tierras bajas, de 2000 a 5000 pies, se compone de hierbas más vigorosas, con un sotobosque de carácter excepcionalmente suculento.

El ganadero de la frontera cría sus rebaños en las tierras altas durante la temporada de lluvias y en los pastos bajos durante el resto del año. La siguiente en importancia es la cría de ovejas, que se limita en gran medida a los distritos de la sierra más fría. Suelen ser de raza merina española y sufren en muchas localidades debido a la insuficiencia de pastos. Se presta cierta atención a la cría de cabras debido a la demanda local de sus pieles, pero la industria es aparentemente estacionaria. La cría de cerdos, sin embargo, está aumentando. En la última década del siglo XIX el capital invertido en estas industrias ganaderas se estimó (por Bancroft) en más de 700.000.000 de dólares, pero un informe oficial de junio de 1902 dio una valoración agregada de sólo 12.523.158 dólares (mexicanos), o alrededor de 12.052.316 libras esterlinas. Según este informe, que no es estrictamente confiable, había en la república 5,142,457 bovinos, 859,217 caballos, 334,435 mulas, 287,991 asnos, 3,424,430 ovejas, 4,206,0I 1 cabras y 616,139 cerdos. Dos años más tarde, las declaraciones de consumo a domicilio señalaban el sacrificio de 958.058 bovinos (129.938 en el Distrito Federal), 561.982 ovinos, Q92.263 caprinos y 887.130 porcinos, siendo este último rubro mayor que la declaración censal de 1902. La mayor parte se consume en el país, pero hay una considerable exportación de ganado a Estados Unidos, Cuba y Centroamérica, y de cueros y pieles a Estados Unidos y Europa. Se envían algunas mulas a Centroamérica, pero la demanda interna suele ser superior a la oferta.

Revisor de hechos: Alfred [rtbs name=»siglo-xx»]

Otras búsquedas sobre Derecho Agrario en la Enciclopedia Jurídica Mexicana

Otras entradas relacionadas con Régimen de la ganadería en la sección sobre el Derecho Agrario pueden ser las siguientes:

  • Reforma agraria
  • Propiedad urbana
  • Propiedad rural
  • Propiedad en el Derecho soviético
  • Propiedad agraria

Deja un comentario