Tratado de Libre Comercio entre la UE y México

Tratado de Libre Comercio entre la UE y México en México

[aioseo_breadcrumbs] [aioseo_breadcrumbs]

Acuerdo político y comercial suscrito en Lisboa (Portugal) el 23 de marzo de 2000 entre los representantes oficiales de la Unión Europea (UE) y México. La firma definitiva del Acuerdo Global de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre la Unión Europea y México —que este es el nombre oficial— durante la reunión del Consejo Europeo culminaba cinco años de duras negociaciones y sustituía al tratado que regía las relaciones mutuas desde 1991.

Antecedentes
El Tratado de Libre Comercio es un intento de los países comunitarios por recuperar el mercado mexicano para sus productos, dominado en 1999 por Estados Unidos, que en ese año controló el 80% del comercio global de México, con un volumen total de unos 240.000 millones de dólares, y fue el destinatario del 88% de las exportaciones de su comercio. Las exportaciones de la Unión Europea (UE) a México cayeron de 11.000 millones de dólares en 1992 a los 3.700 millones de 1999.

La voz de alarma en el seno de la Unión Europea saltó tras la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México, Estados Unidos y Canadá en enero de 1994, que se esperaba que provocase un debilitamiento de los intercambios económicos con el país norteamericano, como posteriormente ocurrió. La presión de algunos gobiernos de la Unión Europea (UE) a finales de 1994, así como la aprobación en febrero de 1995 de una propuesta de la Comisión Europea para negociar un acuerdo de “liberalización progresiva y recíproca” del comercio con México, fructificaron con la firma el 2 de mayo de ese año en París del Proyecto de Declaración Conjunta para iniciar las negociaciones formales con el objetivo de renovar el Acuerdo de Cooperación Política vigente desde 1991.

El acuerdo con México encontró inicialmente una fuerte división en el seno de la Unión Europea (UE). Por un lado, los países que como Francia denunciaban la multiplicación de acuerdos librecambistas con terceros países sin una valoración profunda de sus repercusiones en la economía comunitaria y exigían un acuerdo en dos fases; por otro, los que como España deseaban un acuerdo rápido en una sola fase. Finalmente, en mayo de 1996 los ministros de Exteriores de la UE acordaron ofrecer a México un acuerdo bilateral, para empezar a negociar un tratado definitivo, con una liberalización progresiva y recíproca de los intercambios negociada en una sola fase. La aprobación definitiva de los gobiernos de la UE no llegó hasta el 25 de junio, día en que Gran Bretaña abandonó su actitud de oponerse a todas las decisiones comunitarias para forzar un acuerdo en la conocida como Crisis de las vacas locas, lo que provocó el bloqueo durante más de un mes del trámite definitivo para el comienzo de las negociaciones de un Acuerdo de Libre Comercio con México.

Un informe de la Unión Europea (UE) hecho público en 1997 constataba la pérdida de peso del comercio entre la UE y México desde la entrada en vigor del TLC firmado entre los tres países norteamericanos en 1994. Según ese informe, antes del Tratado las compras de los Quince equivalían al 5,3% de las exportaciones totales de México, mientras que en 1996 las compras de Europa representaron tan solo el 3,8%, lo que suponía una caída global del 34%. Como paso previo al inicio de las negociaciones, el 7 de diciembre de 1997, la UE y México firmaron en Bruselas el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación, con el que se pretendía crear un marco para negociar a partir del año siguiente una liberalización progresiva de los intercambios de bienes y servicios, y establecer vínculos más firmes en temas políticos y de cooperación.

Este acuerdo marco para las negociaciones fue aprobado por la Comisión Europea el 4 de marzo de 1998, y refrendado por el Parlamento Europeo el 6 de mayo de 1999. Previamente, el pleno del Parlamento Europeo dio el 13 de mayo de 1998 su visto bueno, necesario para iniciar las negociaciones, al acuerdo interino de comercio entre ambas partes, con el que se permitía iniciar una liberalización progresiva de la mayoría de los sectores que posteriormente se incluirían en el acuerdo definitivo de libre cambio. Pese a que la UE seguía siendo el segundo socio comercial de México, su participación relativa en el comercio exterior de este país había caído del 11% de 1990 al 6% en 1996, frente al 75,5% de aumento experimentado por los Estados Unidos gracias a la entrada en vigor del TLC de América del Norte.

Tres años después de haber asumido el compromiso de liberalización comercial, la UE y México celebraron el 14 de julio de 1998 la primera reunión a nivel ministerial del Consejo conjunto que se iba a encargar de las negociaciones del nuevo tratado. La delegación mexicana estaba encabezada por el secretario de Comercio, Herminio Blanco, y la ministra de Relaciones Exteriores, Rosario Green. Por parte comunitaria acudieron el titular austriaco de Exteriores, Wolfgang Schuessel, como presidente en ejercicio del Consejo de la UE, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín, responsable en Bruselas de las relaciones con América Latina.

El inicio efectivo se produjo el 9 de noviembre de 1998 con la reunión en la capital mexicana de las delegaciones de la UE, encabezada por el director para América Latina, Francisco Cámara, y de México, con el director general para Europa del Ministerio de Comercio y Fomento Industrial, Fernando de Mateo, como máximo representante en la primera ronda de negociaciones. La segunda ronda de negociaciones, celebrada entre los días 18 y 22 de enero de 1999, se vio enturbiada por la decisión del Gobierno mexicano de subir los aranceles entre un 3 y un 10 % a los productos comunitarios a partir del primero de enero de ese año, lo que se convirtió en uno de los temas centrales de las siguientes rondas de negociación. Tras las tres siguientes reuniones, en las que el pesimismo sobre un acuerdo en materia de reducción arancelaria se había adueñado de las delegaciones, la sexta ronda de negociaciones, celebrada en México los días 17 al 23 de junio, supuso un enorme avance al aceptar la UE la propuesta mexicana de abrir su mercado inmediatamente al 47% de los bienes industriales europeos, al 53% en el 2003, al 60% en el 2005 y al restante 40% en el 2007, a cambio de que los productos liberalizados en último lugar tuviesen un arancel inferior al 10% a partir de 2003.

Las dos siguientes rondas volvieron a poner de manifiesto las diferencias existentes entre ambas delegaciones en materia de aranceles y reglas de origen, hasta el punto de que al inicio de la octava reunión, llevada a cabo entre el 6 y el 15 de octubre de 1999 en la capital mexicana, se temió que el estancamiento de las negociaciones podía retrasar la firma del acuerdo que ambas partes esperaban concluir a finales de ese año. Finalmente la novena ronda de negociaciones, la más larga de todas, terminó con el anuncio por parte del comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, y del secretario de Estado de México, Herminio Blanco, el 24 de noviembre de 1999 de un “acuerdo de principio” para un Tratado de Libre Comercio, que debería ser ratificado por lo gobiernos de ambas partes.

El Tratado
El Tratado de Libre Comercio fue aprobado el 16 de marzo de 2000 por el Parlamento Europeo, y el día 20 de ese mismo mes, de manera simultanea, por el Consejo de Ministros de Exteriores de los Quince y por el Senado mexicano, con lo que se daba luz verde a la firma definitiva del acuerdo, en el que se prevé la liberalización total de los intercambios comerciales bilaterales en el 2007. El 23 de marzo de 2000 en un acto solemne el jefe del Estado mexicano, Ernesto Zedillo Ponce de León; el primer ministro portugués, António Guterres, presidente de turno de la UE, y el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, firmaron en Lisboa el Tratado de Libre Comercio entre la UE y México, con el que se pretendía aumentar los intercambios comerciales, que en 1999 sumaron un total de 18.000 millones de dólares, lo que representó a penas el 6,5% del comercio exterior mexicano, que totalizó 279.000 millones de dólares.

En este tratado, que entró en vigor el 1 de julio de 2000, se preveía la creación de mecanismos institucionales entre la UE y México, como el Consejo Conjunto, órgano de decisión compartida, y en el que se resolverán las controversias que surjan en las relaciones. Se recoge el compromiso de formar grupos especiales de trabajo para las normas de origen y cooperación aduanera, normas técnicas, normas sanitarias y fitosanitarias, compras en el sector público, servicios financieros, propiedad intelectual y políticas de competencia. Establece además mecanismos para un diálogo regular entre ambas partes con el fin de fortalecer los valores democráticos, la cooperación en temas de preservación del medio ambiente y de lucha contra el tráfico de drogas y la delincuencia organizada.

Autor: Cambó

Deja un comentario